El Mentoring en las empresas, ¿para qué sirve?

Cuando comenzamos una nueva etapa en nuestra vida profesional, los seres humanos necesitamos de un guía que nos aconseje sobre los pasos esenciales que vendrán, para así saber cómo afrontarlos y acortar, en lo posible, los procesos de aprendizaje que se experimentan en los inicios. La idea es no frustrarnos ni dar pasos en falso que pudiesen ralentizar o perjudicar las labores diarias dentro de la empresa.

Para no caer en infortunios, los expertos en filosofía empresarial dieron vida al llamado Mentoring, que es el proceso mediante el cual una persona ayuda a otra a experimentar un crecimiento profesional que le permita mejorar, desarrollar y aprender nuevas habilidades bajo la dirección y consejos de un(a) senior. El o la mentor, quien es el que ejecuta esta acción, aconseja al aprendiz o mentee y le entrega una visión global del negocio, de la visión y misión de la compañía, y lo guía en situaciones de conflicto.

Considerado una excelente herramienta para el desarrollo ejecutivo, el interés e impacto que tuvo el Mentoring, al poco tiempo de ser aplicado, en organizaciones de Europa, Estados Unidos y Australia, ha hecho que hoy sea considerado uno de los pilares esenciales para emprendedores y profesionales que necesitan de algún tipo de asesoramiento.

Los beneficios más comunes y directos del Mentoring son:

  • El o la mentee puede trazar su propio y genuino plan con la ayuda del mentor, y recorrerá su camino profesional de manera segura y acertada.
  • El o la mentor es alguien que no conoce la historia previa del mentee. No lo juzga. Por tanto, se pone a su servicio para ayudarlo a encontrar su propio camino.
  • Los aprendices rápidamente conocen y adquieren el estilo de liderazgo de la compañía.
  • Fomenta la satisfacción laboral, el compromiso y la fidelización con la organización, así como la comunicación efectiva y la gestión de conocimientos dentro de la empresa.
  • Permite aplicar y poner en valor el talento directamente en proyectos estratégicos de la institución.

Pero, ¿quiénes pueden ser mentores? Generalmente son profesionales con amplia experiencia en su rubro, que han tenido varios cargos y con el interés y capacidad de desarrollar a líderes jóvenes. Por ejemplo, una ONG que trabaja en temas de género, puede sumar a sus filas a mujeres profesionales que desempeñaron cargos en sus empresas. Con esto, las experiencias (buenas y malas) de las seleccionadas pueden contribuir a modelar buenas prácticas en microempresas que requieran mejorar la relación con sus colaboradores. O, también, puede ser mentor un joven de 25 años que maneje la tecnología y enseñársela a una persona de 50.

Los mentores, a su vez, deben ser personas comprometidas con el emprendimiento y la innovación, y que estén mirando más allá del día a día.

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